jueves, julio 20, 2006
Masaje
Definido en el Neijing, Tratado de lo interno, como la "Terapia del Centro", el masaje, o la vía sanadora de las manos como preferimos llamarlo, se contempla desde la actuación en las Artes del Soplo.
En consecuencia, su práctica requiere un conocimiento estructural de las vías del Qi, es decir todo el soporte de la Medicina Tradicional China, además dell conocimiento de la constitución y fisiología del sistema músculo - esquelético en el que se sustenta la óptica occidental.
En la Escuela Neijing, el masaje es un acontecimiento sutil, un acontecimiento solidario, un acontecimiento de confianza mutua y de contacto. En este sentido, requiere por parte del sanador una entrega y una dedicación que no se dan en otras formas sanadoras.
El curso de Masaje se contempla como una forma sanadora de las más exquisitas y no se considera una "técnica menor".
La mayor fuerza
Maestro Hsing Yun
La mayor fuerza de la humanidad no consiste en armas de fuego, puños, ni en un
poderío militar, sino en la capacidad de tolerancia. Todo tipo de fuerza debe
inclinarse delante de quien tolera.
Hay cuatro principios para la tolerancia:
1. No responder a las blasfemias
Cuando somos insultados, provocados o acusados injustamente debemos responder
con el silencio. Si respondemos de la misma forma cuando somos víctimas de la
blasfemia, nos igualamos con aquellos que nos insultan, rebajando nuestro nivel.
Si nos mantenemos en silencio usándolo como arma contra las blasfemias, evocando
la conciencia de quien las pronunció, esta fuerza es, naturalmente, mayor.
2. Mantenerse calmo frente a los infortunios
Cuando nos encontramos con personas que nos quieren incomodar derrumbar u
oprimir, debemos enfrentarlas con calma, evitando cualquier confrontación. No
responder con un puñetazo cuando se recibe uno, ni responder con un puntapié
cuando se recibe otro, pues de esta confrontación nadie sale vencedor. Si la
intención es buscar venganza de un odio momentáneo, no alcanzará el éxito de
grandes hazañas.
3. Compasión frente a la envidia y el odio
Frente a la envidia y el odio de otros no debemos responder igualmente con odio
y envidia, sino con corazón abierto y alma compasiva, ofrecer nuestra amistad y
mostrarles nuestra intención pacífica, demostrando así, con educación, nuestra
superioridad.
4. Gratitud frente a las difamaciones
Si alguien lo insulta y difama, no se enoje con quien lo provocó, sino acuérdese
de los beneficios que esa persona le proporcionó en el pasado y sea agradecido
por eso. Principalmente, no se olvide de que en el fango más inmundo crece la
impecable flor de loto. Cuanto más oscuro es el lugar, mayor es la necesidad de
mantener encendida la luz del alma. Por lo tanto, ante las difamaciones,
aquellos que nos difaman deben ser influenciados con ética, compasión y
misericordia; solamente así la superaremos, con moralidad y tolerancia.
El verdadero vencedor tiene la fuerza de la tolerancia y el coraje de asumirla
frente a los insultos y opresiones.
Abrazos.
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