domingo, mayo 21, 2006
Mostrarse
Siempre creí que mostrarme tal como soy podía colocarme en una situación de indefensión peligrosa, y convertirme en un ser débil frente a los demás. Y también creía que vivir tras una coraza que te esconde y también te protege podía hacerte más fuerte.
Pero la coraza no soy yo. Yo soy lo de dentro. Lo que nadie ve si lo escondo. Lo que enmohece si no dejo que la luz del sol le llegue. Lo que se pudre si no puede airearse. Entonces me di cuenta de que las corazas son las fuertes, y que es una trampa dañina mantenerla demasiado tiempo, pues destruye el interior al protegerlo.
Al desnudo, el alma recibe todo. Los golpes que hieren, pero fortalecen, el afecto que sostiene, y te permite descansar en un regazo acogedor cuando necesitas un respiro.
Sin obstáculos, el alma puede darlo todo. El apoyo, la compañía. La verdadera compasión, que nace del amor, la comprensión y del más auténtico de los respetos.
Crezcamos. Maduremos. Aprendamos a quitarnos la coraza. Es bello lo que esconde, y podemos sentirnos orgullosos de mostrarlo a los demás.
Abrazos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Con una coraza te pierdes lo que te puede ofrecer el mundo. Yo siempre digo que al menos hay que dejar abierta una ventana, para que el que se asome lo vea y pueda, con su luz, iluminarnos.
Ah, lo borre sin querer, que el que se asome vea que? Pues el diamante que llevamos dentro.
¿Caballero O Coraza?
Un caballero
que su rostro cubría con una coraza
me enseño la ternura y el calor.
Hoy
cuando tal coraza no existe
me enseña su frialdad ante la vida.
¿Acaso es la coraza la tierna
o el caballero que tras ella se esconde?
Si es la coraza,
¿de ella nacieron
aquellas palabras y caricias
que daban alegría a mis días?
Si es el caballero
¿dónde quedó el sentimiento
que fluía de su corazón al verme?
Sin suelo y sin cielo me encuentro hoy
sin ayer, sin hoy, sin mañana
sin la certeza de saber quien me amo.
El fuego de pasión que trasmitía tu mirada
y el calor sofocante de tu abrazo
se confunden hoy en el viento.
Tan sólo quisiera
que no te escondieras tras esa coraza
y me dejaras ver el verdadero caballero que hay en ti.
Ese caballero que en una tarde gris me enamoro.
(TAYLOR)
Hola, gaiar. Ya sabemos: Un diamante...es para siempre. :-)
Anonymus: Me parecen tus intervenciones maravillosas, y estoy profundamente agradecida por tus comentarios, siempre enriquecedores.
Hecho de menos que compartas algo de tí mismo. Una persona como tú, con una sensibilidad que le permite hacer una elección de sus comentarios tan acertada en cada ocasión, debe tener dentro un tesoro. Te animo a compartir tus ideas más auténticas, más tuyas, si así lo deseas. Si no, sigue como hasta ahora, te lo agradeceré mucho también, por supuesto.
Abrazos.
Publicar un comentario